Una casa pasiva se trata de una vivienda que se caracteriza principalmente por su eficiencia energética y por el reducido impacto ambiental que tiene. La clave de este tipo de casas se trata de la capacidad que tiene para mantener una temperatura constante en el interior de la casa, sin importar las condiciones climáticas del exterior. Por ello, en el artículo de hoy de Terrassa Haus os contamos cuáles son los elementos clave de una casa pasiva que logran la eficiencia energética de la vivienda.
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Los tres elementos clave de una casa pasiva se tratan del aislamiento, de la ventilación y de la estanqueidad. Estos tres elementos trabajan juntos para así poder lograr una temperatura constante en el interior de la vivienda, sin que el clima exterior afecte.
Se trata de uno de los primeros elementos de una casa pasiva. La gran mayoría de este tipo de viviendas suelen estar construidas con un aislamiento térmico muy eficiente que evita que la temperatura del aire exterior se transmita al aire interior. Además, se utiliza un tipo de aislamiento adicional en las paredes, suelo y techos para así asegurar que la casa pasiva se encuentra bien protegida contra cualquier tipo de pérdida de energía.
Es otro elemento muy importante en una casa pasiva. La ventilación adecuada garantizará un aire de calidad en el interior de la vivienda que permitirá mejorar el bienestar y salud de los residentes. Además, de evitar cualquier tipo de acumulación de humedad en la vivienda.
En las casas pasivas, se utiliza un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor, que se dedica a extraer el aire viciado de la vivienda, reemplazandolo así con aire fresco del exterior. Este sistema de ventilación hará que entre aire fresco a la casa sin afectar la temperatura interior lograda.
Se trata del tercer elemento importante de una casa pasiva. Con estanqueidad nos referimos a la capacidad de la casa pasiva para evitar cualquier tipo de fuga de aire y de calor. Una casa con buena estanqueidad garantiza que el aire fresco no se escape y que el aire caliente no entre, lo que permite poder mantener una temperatura constante en el interior de la vivienda.
¿Pero, cómo se logra la estanqueidad? Se logra mediante la instalación de ventanas de muy alta calidad, de puertas herméticas y la eliminación de los puentes térmicos en la estructura de la casa.